Los anticonceptivos hormonales causan un enorme impacto ambiental
El exceso de estrógeno en pastillas anticonceptivas, es decir, lo que no asimila nuestro cuerpo, pasa a ser liberado por medio de la orina y de ahí va directamente a los cursos de agua. Estudios europeos constataron que esto puede generar un desbalance medioambiental, quizás mayor del que hubiéramos imaginado.
Lina Nikoleris es una científica de la Universidad de Lund (Suecia) que ha demostrado que el estrógeno etinilestradiol (EE2) altera los genes en los peces, lo que puede causar cambios en su comportamiento. “Aun a bajas concentraciones, el EE2 tiene un impacto en los peces: hemos visto un cambio en su equilibrio genético y mayores dificultades para la captura de sus alimentos”, explica la investigadora. “Estudios anteriores han demostrado que también desarrollan problemas para la procreación, un efecto que puede llevar a la desaparición completa de toda una población de peces, con consecuencias para todos los ecosistemas”(…).
La tesis estudia tres especies diferentes: el salmón, la trucha y cucarachas, que habitan en el mar y en agua dulce. En la investigación se pudo confirmar que sus organismos tienen más receptores de estrógeno que los seres humanos, lo cual los hace especialmente vulnerables a los estrógenos en el agua.
Por su parte, un estudio realizado en el río Sena de París, detectó que entre el 35 y el 50% del estrógeno total en el agua provenía de estos medicamentos. Así, el agua de red presentó entre 0.4 y 17.6 nanogramos de estrógeno por litro, una concentración que parece relativamente chica. Sin embargo, la preocupación reside en cómo esta hormona puede afectar a los humanos a través del tiempo y, por ahora, no hay suficiente estudios hechos como para determinarlo.
“Como las soluciones técnicas no son suficientes para purificar el agua, también hay que asegurarse de que los prescriptores y las mujeres reciban toda la información relevante a la hora de seleccionar un método de control de natalidad”, concluye la científica Lina Nikoleris, haciendo alusión a que los profesionales en la materia puedan instruir bien a sus pacientes o a quienes los consultan.
Siendo que es difícil filtrar el estrógeno de las fuentes de agua potable, es probable que para deshacernos de él debemos encontrar otras alternativas de métodos anticonceptivos, o bien esperar que los laboratorios que los producen ofrezcan opciones con una mayor tasa de absorción hormonal.
Fuente: Fish Information & Services, artículo Assessment of river contamination by estrogenic compounds in Paris area, Sustentator.
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