Ringo pasó los momentos más difíciles viviendo en la calle, pero ahora recicla y logró…
Ringo no la tuvo fácil, pero no parece ser de los que se rinden tampoco, por eso su historia y modo de superación nos conmovieron muchísimo. Perdió a su mamá siendo recién nacido, cuando los estaba teniendo a él y a su hermana melliza de forma prematura, quien también murió en su adolescencia.
A su papá le iba muy bien como ingeniero pero, desde que perdió su empleo en los ’90, nunca más pudo reinsertarse laboralmente en su rubro; por lo cual tuvo que salir a la calle a trabajar como recuperador urbano. Fue en ese momento en que Ringo no le quedó otra que adiestrarse en el mundo callejero: acompañaba a su padre en esta, al mismo tiempo que se nutrió de sus grandes valores como la perseverancia (cuyos frutos hoy cosecha) y el amor hacia la lectura.
De hecho, una vez que él murio, Ringo quedó solo, con tantas dificultades que durmió en la calle de los 21 a los 26 años; período en el que fue testigo de muchísima violencia y padeció muy malas experiencias, pero él asegura que las enseñanzas de su papá se forjaron con firmeza en su propia filosofía de vida: él no se comprometería con ningún tipo de acto de delincuencia.
Por el contrario, tomó a la calle como una particular escuela, en donde a su vez se encontraría con amigos que iluminarían su camino personal y, asimismo, profesional. Comenzó así a tener contacto con el equipo de la Fundación Sí, la Red Solidaria y Amigos en el Camino, ¡todos ellos le prestaron una mano! y fue observando a sus compañeros los artesanos de ferias como se le ocurrió que podía darle una nueva vida a los objetos que recuperaba en la calle.
“Noté que con la venta de un único collar de cobre ellos recaudaban la misma plata que yo lograba ganar vendiendo un kilo del mismo material”, nos explica Ringo, “definitivamente tenía que aprender a hacer artesanías para que me fuera mejor”. De vuelta tuvo a sus amigos que lo ayudaron a instruirse en el oficio de este tipo de confecciones (collares, anillos, cartucheras, riñoneras o ringoneras como las llama él), complementados por tutoriales de YouTube.
Hoy en día cuenta con fábricas y gente que le derivan residuos de forma más constante y organizada, una máquina con la que hace hilo de plástico derivado de las botellas y fue creada por él mismo, con el cual cose todo lo necesario para lo que fabrica ¡incluso asegura que es el único en el país en utilizar la costura PET! Tanto fue su empuje que ahora es Ringo quien brinda trabajo a conocidas suyas, costureras que tanto necesitan fuentes de ingreso también. ¿No es emocionante?
Vos podés conocer sus artesanías y comunicarte con Ringo por medio de su página de Facebook. Te va a encantar todo lo que inventa, con su técnica propia y original, sobre todo por que cada creación suya refleja un incansable esfuerzo por superarse y nunca frenar el movimiento. ¡Que la rueda siga girando!, bien diría Ringo.
Fotos: La Nación
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