Durante las fiestas que se celebran en Valverde de la Vera (España) en el mes de agosto ya es un clásico que sus vecinos tiendan parasoles que visten las calles de colores. Lo particular es que están tejidos a crochet por ellos mismos usando plástico cortado en tiras, sobre todo proveniente de bolsas.
La celebración se da en honor a la Virgen de Fuentes Claras y San Roque, funcionando como un factor de unión entre los miembros de esta comunidad durante meses, ya que previamente todos se reúnen a realizar estos tejidos ¡y hasta los hombres se suman al trabajo!
Es una semana completa en la que disfrutan de actividades festivas, siendo los toldos una referencia que guía a todos hacia donde éstas se celebran. Así se despliega en la plaza principal y las calles una feria con sus artesanías locales, ofrecen los platos típicos de su región, los chicos se entretienen con juegos organizados.
Esta es una iniciativa de la arquitecta Marina Fernández Ramos, que apunta que “es importante reconocer el valor de las labores realizadas históricamente por mujeres para la autogestión de sus propios hogares”. Este deseo la llevó a proponer que se reinvente la práctica ancestral del crochet con un material que tan necesariamente debe volver a la rueda del uso.
Al tratarse de una técnica que se da entre ellos hace tanto tiempo, los resultados suelen ser óptimos logrando que estas mantas también puedan reutilizarse a los largo de los años… Y así nos enseñan que hay una manera inspiradora de atrapar el fuerte sol del verano =)
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