Rob Greenfield es un activista ambiental que se propuso hacer una original protesta pacífica. Esta fue usar, a lo largo de 30 días, todos los residuos que genere en ese lapso de tiempo. Literalmente.
De esta forma circuló por la vía pública para comunicar su mensaje. ¿Qué es lo que intentó decirle a los vecinos de New York? Qué sucede si llevamos a cuestas los 2 kilos diarios que consume un ciudadano prototipo de estos barrios.
Es simple: el hecho de que tiremos los residuos a un tacho de basura y a eso se lo lleven bien lejos, no significa que eso no exista más y que la Tierra no deba hacerse cargo de lo nuestro. Debemos aceptarlo, estamos colapsados de basura.
¡Un groso! logró ser el punto de atención de cientos de personas que le sacaban fotos para viralizarlo en sus propias redes, con el hashtag #TrashMe. Necesitamos más de estos valientes.
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