La empresa Acrete de Arizona, Estados Unidos, ha creado un nuevo material que viene a reemplazar al cemento tradicional, pero con más ventajas: es más liviano, más fuerte y más barato. También utiliza tres veces más ceniza y esto es lo que lo hace ambientalmente interesante.
En EEUU las plantas de incineración de carbón generan 130 millones de toneladas de cenizas. Éstas son dispuestas en montículos que pueden ser fácilmente dispersos por viento/lluvia/factores externos, ¡lo que es muy peligroso! ya que contienen elementos tóxicos como mercurio, cadmio y arsénico que constituyen riesgos significativos a la salud si penetran el abastecimiento de agua potable o se mezcla con el aire que respiramos.
Pero dado que Acrete (nombre proveniente de la conjunción de “Arizona + concrete”) utiliza casi el 100% de la ceniza para producir el concreto (el cemento tradicional sólo la usa en un 30%), genera un ahorro en espacio para su disposición, como una reducción de CO2 en la producción de concreto. ¡Se cree que la tecnología luego de ser aplicada en industria, revolucionará al ámbito de la construcción!
Acrete tiene tres veces más fuerza de compresión que el cemento y el doble de fuerza de flexión. También repele el agua. Es interesante observar cómo una empresa toma un desperdicio de la industria minera y lo reutiliza de manera tal que puede ser utilizada para otras aplicaciones. Ellos han conseguido transformar un residuo peligroso en un material de construcción útil, retirándolo del ambiente, donde puede causar problemas.
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