Recolectó desechos náuticos y logró obras que movilizaron a toda su comunidad
Solveig Egeland sueña con unir a la gente y a la Naturaleza por medio de su arte y es por eso que inicia proyectos en donde el reciclaje siempre está presente, ¡pero el ingenio y la originalidad ya son su sello distintivo! Ahora nos terminó de enamorar con su campaña realizada en agosto, a la cual bautizó Ocean Hope.
Con la ayuda de organizaciones que se dedican a la preservación del medio ambiente costero de Noruega, su tierra natal, recolectaron desechos marinos comunes como el plástico, pero sobre todo los provocados por la industria náutica, para construir pequeñas cabañas y un faro.
Así, en jornadas heladas de las playas de Longyearbyen, recuperaron redes, boyas y maderas; logrando así crear un punto de reunión entre los locales que visitaron su exposición. Aprovecharon la acción para hablar con ellos acerca del cuidado de especies nativas de flora y fauna, incluso en centros educativos como universidades.
¡Qué entusiasmo, esmero y creatividad! La experiencia le resultó tan positiva que irá derecho a generar mucho más de estas actividades, con las que ya también llegó a a iniciar diálogos con políticos y personas influyentes en decisiones gubernamentales.
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