Descubren la forma de aflojar con el uso del agua ¡a nivel mundial!

El consumo de agua destinada a la agricultura a nivel mundial es de un 70% en total y es por eso que muchos científicos estudian la forma de aminorar este enorme consumo, con el fin de encontrar una solución al problema de abastecimiento hídrico y disponibilidad de agua en diferentes regiones.
Es así como Sergio Jesús Rico Velasco, un ingeniero del Instituto Politécnico Nacional de México, desarrolló en 2002 el (¡impensado!) concepto de agua en polvo o también conocido como lluvia seca, la cual reduce de un 50 a un 90% el consumo de este vital elemento, en el rubro de la agricultura en particular.
¿Qué es?
Visualmente podemos compararla con las bolitas de gel decorativas que se hidratan en agua y crecen en volumen. Pero, técnicamente hablando, es un polímero que absorbe el agua de lluvia o de red.
Sirve como una herramienta de riego en tiempos de sequía o en lugares donde el agua escasea. Pero, dada la importancia que otorga el cuidado del agua y la huella hídrica que implica el cultivo de alimentos, puede (y debería) utilizarse en todos los campos de cualquier región del mundo.
¿Cómo funciona?
El polímero, que se presenta comercialmente en una suerte de escamas secas, se mezcla con la tierra cercana a las raíces de las plantas. Al llover o ser regadas, el polímero se hidrata, crece hasta 5 veces su volumen y se pega a la raíz, que consumirá la humedad presente en el gel, conforme a la necesidad de la planta.
Esta lluvia seca dura de 8 a 10 años en la tierra antes de biodegradarse, por lo que los cultivos y plantas en general pueden atravesar épocas de sequía fácilmente. Una vez que la raíz de la planta absorbió toda la humedad del polímero, este vuelve al estado de polvo hasta una nueva lluvia o riego. Por ende, el proceso de hidratación es cíclico e independiente.
Este producto no afectará a los nutrientes, sales o Ph de la tierra, ni tampoco al sabor de los alimentos cultivados bajo esta técnica.
Puesto en números: en algunos lugares de India han cambiado la técnica de riego tradicional por lluvia seca y pasaron de utilizar 80 litros por semana a 50 litros trimestrales; lo que redujo 3640 litros el consumo de agua anual.
Más buenas noticias
Utilizar hasta un 90% menos del agua requerida a la hora de producir nuestros alimentos, es esperanzador y da cuenta de que hay muchas formas de mejorar las actuales técnicas de riego y cultivo de alimentos. Al mismo tiempo que podemos ser más eficientes en el uso de los recursos naturales y que las posibilidades de volvernos cada vez más sustentables… ¡son infinitas!
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