Salir de paseo con una bicicleta eléctrica genera adrenalina sanamente: resulta un ejercicio clave y una manera eficaz de conectar con la Naturaleza, ¡de lo más gratificante!
Incluso crea comunidades: la gente suele buscar objetivos comunes y conformar grupos de personas con los mismos intereses, para llevarlos a cabo. En este caso, la bicicleta eléctrica se está transformando en un punto de partida para la conformación de nuevos grupos, amigos, vecinos que salen juntos a recorrer circuitos y a disfrutar de sus experiencias y su mutua compañía.
A su vez, es más simple que emplear una bici normal, por lo cual anima a gente mayor a disfrutarla. Sin dudas, no deja de mantenerlos físicamente activos tampoco.
Salir a recorrer unos cuantos kilómetros, ya no implica una carga, sino que es una forma de experimentar la activación del flujo sanguíneo, el fortalecimiento muscular, quemar grasas y relajar la mente. Y si te cansás… dejás de pedalear y seguís paseando. De esta forma, con la bici eléctrica podemos llegar a lugares que antes nos parecían inalcanzables
Por último, ¡es buena para el medio ambiente! Ésta no genera residuos ni contamina.
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Fuente: Ecoticias
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