
Todos los meses, los tan poco deseados sobres nos alegran la mañana con su llegada. Las facturas de cada mes no escapan a nuestras responsabilidades, y tras pagarlas empezamos a acumularlas en pilas y pilas de cajas llenas de papeles de “por las dudas”, que van a pesar en el rincón de la pieza por tiempo indefinido. Esta situación parecía inevitable hace unos años. Afortunadamente, la era digital encuentra cada vez más alternativas para reducir el consumo de recursos. ¿Por qué deberíamos elegir pagar las cuentas online?
Con el crecimiento de las posibilidades en el mundo digital, las soluciones proliferan para los problemas implícitos en nuestros consumos diarios. Un número creciente de instituciones financieras, empresas de servicios públicos y las universidades están implementando opciones de facturación sin papel como facturas en línea de pago. ¿El motivo? Aunque muchas veces lo pasemos por alto, el sobre que llega a tus manos tiene varios factores que nos hacen votar en su contra:
En principio, el elevado consumo de papel que implica. Unas 115 billones de hojas son impresas anualmente en nuestro planeta, siendo el consumo promedio mundial de papel de 40 kg por persona al año. Para fabricar una sola tonelada de papel, se tienen que utilizar unos 17 árboles. Con cada usuario que elija omitir la impresión de sus facturas, se contribuye al cuidado no sólo de los árboles, sino también a la protección del agua que se contamina en su proceso de producción.
Por otro lado, al no imprimir se reducen los gastos. El hecho de que recibas esa factura en tu casa implica costos de impresión, procesamiento, envío y transporte que la empresa tiene que considerar en sus precios. El no envío de facturas implica mucha menos energía y combustible (que, oh casualidad, también dejan su impacto en el medioambiente). El dinero economizado, ¿no podría devenir en una inversión para mejora del servicio?
Soluciona problemas de espacio, organización y hace el trámite más ágil. Todas esas cajas y ficheros etiquetados por la casa pueden convertirse en espacios libres para fines bastante más alegres que recordatorios del dinero que se fue. Además, la web nos permite mover nuestros trámites con más velocidad y tener el control una forma.
Por último (pero opuesto a menos importante), la posiblemente mayor preocupación sea por su destino final. La impresión de tanto papel se convierte en un enorme volumen de residuos generados. Lamentablemente, no todos incorporaron todavía el hábito de separar residuos en casa, de forma que todo eso es papel que termina llenando los vertederos. Como mucha de la información de estos papeles es de carácter confidencial tampoco puede aprovecharse como papeles borrador. Así, el reciclado se convierte en una opción no tan desacertada para las facturas ya impresas. Pero si aplicamos la regla de las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar) a este caso la mejor respuesta sigue siendo: reducí el consumo e impresiones, reutilizá el papel y como última opción, reciclalo.
En esta tercera instancia, muchos puntos de acopio se encargan de su recolección y reciclaje. Podés encontrar tus puntos más cercanos para llevar tus papeles entrando a www.dondereciclo.org.ar/mapa/carton-y-papel
Hablando de facturas online no sólo hablamos de ahorrar papel, sino también del tiempo y dinero invertido. Contactate con la empresa proveedora de tus servicios para saber si tienen disponible esta modalidad. Este cambio de hábitos promete ser un completo ganador en términos ambientales. Si pagar la factura del servicio ya es suficiente, ¿por qué hacer que la naturaleza pague también un precio más alto?
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