La construcción de viviendas es uno de los rubros más costosos para el Planeta en términos ambientales: no sólo por la materia prima que demanda, sino también por los tratamientos que estos recursos requieren para industrializarse, como puede ser la cocción en hornos a mil grados de temperatura que se usan para fabricar ladrillos. También se necesita una gran cantidad de combustible para su distribución y, sin ir más lejos, al final de esta cadena se perciben altos índices de desechos.
Frente a esta situación la empresa Winsun de Shangai no tuvo mejor propuesta que crear una gran impresora 3D, que aprovecha el hormigón de residuos industriales y de construcción para fabricar componentes. Finalmente, estos se ensamblan entre sí para formar una vivienda funcional y estandarizada. El fin último de estos emprendedores es generar cien fábricas más que puedan hacer uso de estos desechos para edificar casas.
Este invento cierra por muchos lados ya que logra ser un alivio a nivel ambiental y económico también. Dado el caso que se trata de una materia prima más barata, las casas son mucho más accesibles para tantas familias con bajos recursos, en busca de una vivienda digna. ¿Qué te parece?
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