
Los arrecifes naturales de la Península del Yucatán se encuentran en tal deterioro, que buscaron la forma más eficaz para disuadir a los turistas de visitarlos.
Así es como el científico Jason deCaires Taylor construyó un museo submarino que funciona como arrecife artificial para el ecosistema marino.
Siendo que solo un 15% del lecho marino tiene el sustrato suficiente para que el arrecife se regenere de manera natural, estas estatuas cuentan con las propiedades inactivas de un pH neutro capaz de perdurar cientos de años bajo el mar y ser funcional de igual manera.
De esta forma, logra ser una acción principalmente orientada al cuidado medioambiental y sabe cumplir su objetivo; ya que se posicionó como uno de los principales atractivos turísticos del distrito de Quintana Roo.
A lo largo del tiempo las figuras humanas se van camuflando con el paisaje marino, a medida que la flora y la fauna las colonizan y se instalan, haciendo las obras cada vez más impactantes.
Si andás nadando por las costas de Islas Mujeres, nosotros te advertimos: no tengas miedo, solo se trata de un increíble museo de arte 😀
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