Pensemos a la globalización como un monstruo gigante, que con la ayuda de tecnologías de producción se come los recursos naturales, los digiere y nos escupe bienes de consumo para que sigamos reproduciéndonos.

Aunque es una explicación un tanto simplista y extrema, es más que suficiente para entender que el consumo masivo tiene una relación directa con el aumento de los residuos que generamos. Porque nada se pierde, todo se transforma ¿no?
¿Qué hacemos con nuestros residuos? Podríamos matar al monstruo (que sería lo mismo que dejar de consumir), aunque reducir, reusar y reciclar parece más realista en el corto plazo. En palabras mayores: políticas e iniciativas que se integren bajo el marco de una gestión sustentable de residuos.
Ahora pensemos a la globalización como una gran nave que en segundos nos puede llevar a cualquier punto del planeta para conocer acciones sobre la gestión de residuos que otra gente está llevando adelante. Cerquita nomás (en términos globalizados, claro) podemos encontrar una excelente iniciativa: Cambio Verde, en la ciudad de Curitiba. Analicémosla.
Cambio lata por banana
Las favelas de Curitiba, como en todo Brasil y otros países Latinoamericanos, tienen serios problemas ambientales debido a la falta de recolección de residuos por parte del gobierno. Estos barrios crecieron sin ningún tipo de planificación urbana y las más de las veces esto imposibilita la entrada de camiones recolectores de basura. En este sentido, las favelas pueden ser ejemplos de “desarrollo no sustentable” por su condición de “urbanización de emergencia”, en efecto son “villas de emergencia”. Exclusión y contaminación son las caras negativas de los aspectos sociales, económicos y medioambientales de un Estado que apuesta al desarrollismo, como lo es el brasileño (y muchos otros en Latinoamérica) en la actualidad.
Preocupado por el exceso de residuos en estas áreas, el gobierno de Curitiba aplicó en 1991 el programa Cambio Verde. El programa consiste en el intercambio de basura reciclable como papel, cartón, aluminio y plástico, por alimentos orgánicos regionales.

En una primera etapa, un grupo de educadores ambientales se contacta con la población local para comunicar y organizar el programa. En conjunto con una organización social barrial, se reparten bolsas para juntar los residuos reciclables domiciliarios para luego depositarlos en contenedores especiales. Por cada bolsa de entre 8 y 10 kilos se entregan productos orgánicos regionales como huevos, bananas, arroz o porotos. Los productos son escogidos teniendo en cuenta la demanda local y el valor energético y nutritivo de los alimentos. Además, un 10% del valor del producto entregado a las familias, es transferido en dinero a una cuenta bancaria a nombre de la asociación encargada del proyecto. Esa asociación debe invertir este dinero en obras para la población local.
Las ventajas que trajo este programa a las poblaciones locales son varias. En el corto plazo desaparecieron los residuos en las calles, se benefició directamente a los productores locales y se mejoró la alimentación de las familias. Además el trueque verde enseña a los habitantes a separar los residuos secos de los húmedos.
Sin embargo, no pareciera incentivar la reducción de los residuos, ya que se ofrece un beneficio directo por la generación de los mismos. Y reducir siempre está antes que reciclar. Por ello, hay que tener presente que estas iniciativas resultan exitosas cuando son complementadas con otro tipo de programas –educativos, económicos o sociales– que en conjunto planteen un marco integral de gestión sustentable de los residuos que involucre a la mayor cantidad de actores posibles y beneficie a las poblaciones más marginalizadas.
En otras palabras, ¡una piña que vaya directo a la cara del monstruo!
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Nos gustaría saber como publicar que nosotros estaremos comenzando a reciclar EPS – Poliestireno Expandido (telgopor) a partir del mes de diciembre de 2012. Abriremos en la localidad de Munro la primera planta receptora y recicladora de este material. Esperamos su comentario. Saludos.
Hola Polymeros Norte! Qué bien! Escribinos a info@dondereciclo.org