Acabo de volver de cartonear. Estuve compartiendo la jornada de trabajo con Ramona y Griselda, dos Recuperadoras Urbanas (cartoneras formalizadas) de Villa Fiorito, que pertenecen a la cooperativa El Amanecer de los Cartoneros, como parte de una experiencia voluntaria.
Me sorprendieron muchas cosas: cómo tantean una bolsa cerrada y sin abrirla, ya saben si hay algo de valor o no y la destreza con la que manipulan cajas, botellas, bolsas, cartones.
Como cartonera, valoré al vecino que me trajo la basura separada, como también me enojé con el restorán que no sólo no separa, sino que tira unos residuos con un olor insoportable y en un contenedor donde no le corresponde.
Pero lo más fuerte fue meter la mano entre todo tipo de desechos y entender que eso, que para mí era un experimiento social y una vivencia casi “entretenida”, es el pan de cada día de miles de personas en la Ciudad.
Unas no sienten que sea un trabajo digno. Otras no tienen ganas de comer después de trabajar porque tienen la panza revuelta de todo lo que respiraron, especialmente en verano donde el calor empeora todo. Algunas terminan agotadas porque es un laburo al que hay que ponerle el cuerpo y después de cierta edad ya no se la bancan tanto.
En Buenos Aires se estima que más de 8 mil personas revuelven la basura de los demás para poder vivir. Sin dudas, el sistema tiene que cambiar, tendiendo a que mejoren las condiciones de trabajo, brindándoles mejores oportunidades y que ojalá esta forma de vida sea algo a lo que nadie tenga que recurrir.
El proceso de la basura es un tema muy complejo en el que tienen responsabilidades muchos actores que representan desde áreas políticas, hasta lo económicas. Pero también la tenemos los que la generamos. Nosotros, los vecinos.
Habiendo sido cartonera por un día, me comprometo a:
• Ser consciente de que la basura no desaparece por arte de magia. Todo lo que tiro, va a parar a algún lado.
• Promover la separación en mi casa. Involucrarme un poco más por lo que pasa en este aspecto con los vecinos del edificio en donde vivo.
• Y fundamentalmente, separar los desechos húmedos (la comida) de lo reciclable (cartón, papel y plástico). No sólo por lo ambiental, sino porque dignifica el trabajo de mucha gente.
Autora: Luisa Cavanagh
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[…] Una jornada de un cartonero de la Ciudad de Buenos Aires. Aún con políticas de reciclado vigentes ¿los vecinos colaboran para que sea un trabajo digno? […]