
¿Alguna vez te preguntaste cómo hace la Naturaleza para mantener la vida de tantos seres que la constituyen? Los aborígenes australianos encontraron un término que parece englobar, en gran parte, la respuesta a esta pregunta: Waru.
Significa relación complementaria entre organismos. El concepto expresa el sentido de pertenencia y trabajo cooperativo entre todos los seres. Esta claro: ¡todos los organismos tienen una función específica e irreemplazable para que el sistema del Planeta funcione!
Esta realidad puede verse en una menor escala en el ecosistema que se conforma en un árbol. Ellos son elementos fijos de un bosque que se complementan con sus asociados, es decir, componentes móviles como los hongos, bacterias, insectos, aves y otros animales.
Así es su dinámica: el árbol provee hábitat para los animales dando reparo, alimento y materiales para nidos. Sus hojas, por ejemplo, al caer forman una cama de mulch que protegerá una infinita cantidad de microorganismos que residen debajo de la tierra.
A cambio, sus asociados cumplen con las necesidades de polinización, dispersión de semillas, poda, cultivo y fertilización; claves para el sustento del árbol. Este Waru particular, trabaja como un organismo que necesita interrelacionarse a su vez con otros para subsistir.
Como verás, con el fin de lograr un equilibrio en la Tierra, todos debemos vincularnos de esta misma manera cooperativa. De igual forma nosotros también somos parte de esta gran estructura, tan fundamental para nuestra supervivencia.
En la medida que tomemos consciencia de estos procesos, ¡valoraremos tanto más lo que el Planeta nos aporta para regalarnos la vida! Constituimos esta enorme corporación y, sin dudas, nuestras propios hábitos también contarán a la hora de generar un equilibrio general =)
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