La vida no podría existir sin enzimas, ya que se trata de sustancias necesarias para todas y cada una de las funciones vitales del organismo.
En el momento del nacimiento cada nuevo ser hereda una cuota inicial de enzimas que se van gastando a través de nuestra vida en el proceso mismo de vivir.
De este modo, las presentes en el torrente sanguíneo toman los nutrientes derivados de nuestra alimentación y los convierten en músculos, nervios, sangre y glándulas. Es por eso que logran ser los catalizadores de todos los procesos vitales de nuestro cuerpo.
¿Por qué es bueno comer crudo?
Por que en esos alimentos se conservan las enzimas, justamente. Por el contrario, el procesamiento industrial de los alimentos, el refinamiento, la cocción y el uso del microondas causan cambios dramáticos en la comida que ingerimos, dañando su potencial energético más importante al matar las enzimas.
Es decir que el calor es su mayor enemigo: con apenas 15 minutos de cocción a 48°C se destruyen las enzimas, perdiendo su vitalidad y capacidad para dar energía al organismo.
Existen dos clases de enzimas: las endógenas, que se encuentran dentro del organismo, y las exógenas que llegan al cuerpo a través del consumo de alimentos.
Cuando una persona consume exclusivamente alimentos cocidos, empleará la existencia de enzimas endógenas hasta agotar su existencia e irá desgastando su organismo y produciendo envejecimiento prematuro. En cambio, si consume alimentos crudos y germinados, ricos en enzimas, mantendrá un nivel alto de enzimas exógenas y no tendrá que gastar las de su organismo en el proceso de la digestión.
Un poco de finanzas para el organismo
La reserva de enzimas de nuestro organismo funciona como una cuenta bancaria: si consignamos tendremos para gastar y si queremos mantener una buena reserva tenemos que consignar más de lo que gastamos.
Al comer alimentos crudos se incrementa el saldo y al ingerir cocidos se reduce. Así es como el envejecimiento prematuro sería una especie de bancarrota enzimática. Solo los alimentos crudos y germinados pueden aumentar la reserva de enzimas.
Desayuno enzimático: una papilla de chia viva
Ingredientes:
– Semillas de chia
– Leche de semillas
– 1 manzana rallada
– Frutas desecadas
– Frutas secas
– Coco rallado
– Canela
Colocar en un recipiente la chia y la leche. Dejar en reposo 20 minutos aproximadamente. Para que se forme mucilago y se vuelva cremosa. Sobre esta papilla agregar manzana rallada, frutas desecadas, frutas secas y espolvorear con coco rallado y canela.
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