Las ancestrales culturas nos transmiten conceptos clave para nuestra supervivencia que no pasan de moda. Es el caso de las bondades de los subsuelos que mantienen una temperatura constante todo el año, en general de 15º C aproximadamente.
Es por eso que los bolivianos, reyes de las huertas, empezaron a implementar los walipinis, invernaderos bajo tierra claves en zonas con fríos extremos, en donde se puede cultivar alimentos todo el año.
Walipini significa literalmente está bien en Aymará, uno de los idiomas locales de Bolivia y es un sistema que logró asentarse como una alternativa económica que genera muy poco impacto ambiental.
Como se ve en esta infografía, su diseño de invernadero subterráneo se revisten con bolsas de tierra y revocan con arcilla. Así se logra un estado de calidez en invierno y frescor en verano, sin usar más fuente de energía que la del subsuelo.
¡Y funciona! Muchas culturas han optado por esta invención por muchos años. Tanto es así que hoy salió un walipini reloaded, una alternativa contemporánea de heladeras que se instalan bajo tierra.
Fijate que no consumen energía eléctrica alguna, su uso es funcional cualquiera sea el clima de su contexto y se pueden instalar en reemplazo de hasta más de 5 heladeras convencionales, en lo que se refiere a su volumen.
Gracias al uso de walipinis se pudo evitar el consumo de combustibles derivados de fósiles, práctica muy común en lugares desérticos en donde se intenta mantener un microclima de manera artificial en sus huertas.
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